El rollo Humprey Bogart…

Si de verdad te crees tan puro, tan íntegro y tan auténtico, probablemente este post no sea para ti.

Sí, está muy bien el rollo Humprey Bogart. Ir de duro por la vida parece que cotiza a la alta. Aparentar siempre ha sido una práctica habitual en nuestra sociedad. De hecho, el postureo no deja de ser la evolución de esa conducta. Son incontables las veces que hacemos cosas no para nosotros sino, como se suele decir, de cara a la galería.

Creo que, como hay público para todo, está realmente bien no ir por la vida de nada. Vamos, que aunque no seas el molón del pueblo, solo no te vas a quedar. ¿Qué tal si, en vez de “ir de”, pasamos al “ser”? Ser más transparentes, más próximos, más comprensivos. Ser más nosotros mismos. Pensando y pensando, creo que es mucho más práctico. Se trata de avanzar a partir de unos cimientos fuertes, aquello que te hace sólido. Para ello, es fundamental que el yo interno tenga fundamento. Si nos dedicamos menos a la fachada y más al interior, seguro que somos capaces de aprender y descubrir muchas cosas que desconocíamos. Es más, mostrarnos más tal y como somos hará que nos equivoquemos y esto es fundamental para crecer.

Al final, lo de la fachada está muy bien… Eso sí, siempre y cuando, al entrar, “la casa” mole por dentro. Vamos, que te puedes poner tantas capas como quieras que si por dentro estás vacío, lo acabarás evidenciando. Todavía no he conocido a nadie que sea capaz de vivir aparentando todos los días y que no le hayan calado. Lo dicho, mucho más práctico preocuparse más de ser coherentes, respetuosos y comprensivos que no de si la apariencia de tipo duro nos hace más cool.

Lo más gracioso de todo es que, en este fantástico mundo de apariencias, aunque te muestres tal y como eres, te van a juzgar sin conocerte. No hay problema, es algo más que normal, todos lo hacemos en mayor o menor medida. También sería normal que, si eres un buen tipo, aquel que te juzgó sin conocerte, aprenda del error.

Be yourself my friend…